Juntos apenas suman medio siglo, pero Sergio, Miriam, Javier, Álvaro y
Lucía ya se han ganado el título de “supervivientes”. Lo cuentan sus
profesores, sus padres que viven a diario cómo se esfuerzan por
comunicarse, por expresar lo que les duele o alegra, por no dejar que el autismo los separe de la realidad.
Ahora se enfrentan a una nueva lucha: conseguir que en sus aulas
—llamadas TGD (Trastorno Generalizado del Desarrollo)— solo haya cinco
alumnos. “No pedimos privilegios, reclamamos el derecho de nuestros
hijos a tener una educación de calidad”, explica José Miguel Sánchez,
padre de Miriam y presidente de Surestea, que agrupa a personas con
autismo en el sureste.
Guillén, B. (2015, 2 de noviembre). La lucha por el cinco. El País. Recuperado el 16 de abril de 2017, de http://ccaa.elpais.com/ccaa/2015/11/01/madrid/1446389670_822837.html
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